Koldo Monreal, especialista español en Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (EECN) y certificación Passivhaus.

Koldo Monreal proviene de Navarra, la comunidad autónoma con más proyectos Passivhaus certificados en España y pionera en la construcción de edificios de bajo consumo energético, gracias al apoyo de la autoridad local para empujar de este tipo de edificaciones.

Además de dirigir Onhaus, empresa distribuidora de productos y materiales de construcción eficientes, Koldo vive con su familia en una casa Passivhaus de dos pisos y solo gasta alrededor de $20.000 mensuales en climatización y agua caliente.

“Y no hay que olvidar que en Navarra experimentamos olas de calor de 40°C e inviernos que llegan a los -7°C, pero dentro de mi casa siempre estamos a 23°C o 24°C”, relató este consultor que, por profesión y experiencia propia, se ha convertido en uno de los principales promotores del estándar Passivhaus en España.

Si bien es cierto que la normativa europea ha avanzado en establecer metas para reacondicionar y construir edificios más eficientes, Koldo Monreal se dio cuenta en su paso por Chile que nuestro país tiene un gran potencial para posicionarse como líder en el estándar de certificación Passivhaus, por el desarrollo de su industria y la problemática de la contaminación atmosférica en Santiago y en las ciudades del sur, panorama que le llamó poderosamente la atención. “Chile puede ser epicentro en torno al cual América Latina avance hacia la construcción eficiente”, agregó.

Pero además de la reducción en el consumo y las emisiones de CO2 –de las cuales el 40% proviene de la edificación–, Koldo Monreal destacó los beneficios que ofrece Passivhaus en términos de salud.

“Aquí tenemos el cambio, estamos todo el día pendientes de nuestras viviendas. Las calefaccionamos, las enfriamos, las ventilamos, las limpiamos. La revolución en la construcción a nivel global es hacer edificios que no consuman y que nos cuiden”, explicando que este tipo de viviendas no tienen polvo, ácaros, polen, olores, humedad en su interior, filtrando al aire y manteniendo niveles aceptables de CO2 en su interior, por debajo de los 1.000 ppm recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

“Todo ha cambiado en el mundo en los últimos 30 años, cómo nos comunicamos, cómo nos transportamos, menos la construcción. Sólo llenamos de cachivaches (aparatos tecnológicos) las viviendas, pero seguimos construyendo igual. Passivhaus nos da esta receta aplastante, que se basa en cinco principios que ya han sido probados alrededor del mundo”, sostuvo.

En términos simples, explicó, es como si la casa fuera un termo, hermético, con un aislamiento continuo, sin puentes térmicos y con ventanas eficientes para evitar las pérdidas de energía. Para ventilarla y filtrar el aire, se instala un intercambiador de calor que solo gasta 15 kWh por m2 al año para mantener la temperatura óptima y estable, en cualquier época de año, en cualquier zona climática. Esto no es un dato menor, considerado que una vivienda convencional en Chile gasta alrededor de 192 kWh por m2 al año.

El desarrollo del estándar de certificación Passivhaus en Chile ha sido liderado por Inmobiliaria Urbes, que está construyendo en la comuna de Ñuñoa el primer edificio residencial en proceso de certificación en Latinoamérica, pero ya existen nuevos proyectos en carpeta que se desarrollarán en Providencia, en la Región Metropolitana, y otro en Concepción. De acuerdo con la Fundación Instituto Passivhaus Chile, representante de este estándar de construcción eficiente, se sumará al proceso de certificación un desarrollo inmobiliario en Frutillar y hay conversaciones muy avanzadas para que próximamente se inicien otros proyectos residenciales en Temuco y Valdivia.