¿Cuál es la realidad concreta del sector de Transporte Terrestre?
Chile posee uno de los programas de control de emisiones vehiculares más avanzados de la Región, con estándares Euro V en varias categorías vehiculares, excelentes niveles de calidad de combustible y un amplio conocimiento de sistemas de control. No obstante, hay asuntos que van cambiando y que debemos resolver como, por ejemplo, los vehículos livianos con convertidores catalíticos y con motores diésel. El impacto del sector transporte en las emisiones es y seguirá siendo relevante, por lo que debemos seguir preocupándonos del tema.

Los camiones, lamentablemente, son los “rezagados” del sistema. Siempre ha sido un sector complejo para incorporar nuevas tecnologías, ya que es un área muy atomizada. Sin embargo, hoy se están tomando dos medidas concretas: convertir las unidades más antiguas en chatarra, a través del programa “Cambia tu camión”, que se fomenta a través del acceso a créditos (bajo condiciones muy ventajosas); y mejorar el consumo aplicando tecnologías de eficiencia energética.

¿Qué podemos aprender del ejemplo de otros países en esta materia?
Existen varios ejemplos interesantes en Europa que hemos sugerido adoptar, y que están incluidos en el estudio “Zona Verde”, una publicación financiada por el gobierno británico que pretende crear un área restringida orientada a vehículos de baja emisión. El objetivo es establecer una acción de mitigación nacionalmente apropiada (NAMA) para el sector de transporte. Entre las medidas de esta iniciativa, destacan: designar zonas de baja emisión; crear programas amplios de introducción de tecnologías de bajo carbono; y dar mayor impulso institucional al uso de medios no motorizados de transporte.

Para los camiones, otra idea interesante sería adjudicar las licitaciones de construcción en esta zona sólo a empresas que posean vehículos con bajas emisiones, incentivando esta medida a través de un subsidio estatal, por ejemplo.

En ese sentido, ¿qué valor le dan las empresas del rubro al tema de la sustentabilidad?
Existe interés por parte de las empresas, pero obviamente la variable financiera continúa siendo la predominante. Mientras el costo del petróleo siga siendo conveniente, la sustentabilidad se manejará a un nivel de imagen más que incorporada a la gestión principal de cada empresa.

No obstante, algunas compañías con mirada de largo plazo han comenzado a prepararse para poder adaptarse a los cambios en la matriz energética, y se están preocupando de integrar el concepto de sustentabilidad en sus agendas. Cabe recordar que siempre hay que tomar en cuenta aspectos culturales relacionados al patrón de conducta de los transportistas; muchas veces los choferes tienen sus propias mañas para manejar, así como se debe que la mayoría de ellos no son dueños de los camiones que operan, por lo cual no tiene mucho interés o motivación en mejorar sus acciones conductivas.

Ser más “sustentable”, ¿tiene ventajas reales para una empresa de Transporte?
Considerando los estados actuales de las tecnologías de bajo carbono, hay mayores costos para los sistemas de transporte que desean tener un sello sustentable real en relación a sus emisiones asociadas a su operación diaria. No obstante, existen incentivos importantes que han motivado el interés como, por ejemplo, ser más competitivos en un mercado global, cumplir con los requerimientos de las casas matrices y con estándares de calidad ambiental, y optimizar su gestión para bajar costos en sistemas ineficientes. A nivel local, hay una presión del consumidor por premiar productos o servicios sustentables y esta variable se hará cada vez más importante.

En este tema, ¿qué rol debería cumplir el Estado a futuro?
En general, el Estado proporciona información, invita a conocer nuevas tecnologías, ofrece mecanismos de I+D, genera proyectos piloto que aplican mecanismos de emisiones sustentables en transporte. Este rol está en una primera etapa exploratoria con algunos casos concretos que debiesen masificarse.

En el futuro, debiese haber un papel más agresivo por parte del Estado, generando incentivos específicos para el desarrollo de tecnologías que aporten a la sustentabilidad del sistema integral, donde el sector transporte fuese un actor más dentro de un gran plan maestro. Hace falta definir cuáles serían los ahorros en salud que se producen por disminuir emisiones e incorporar estos beneficios sociales en la generación de subsidios/incentivos.

¿Qué tecnologías se han desarrollado para apoyar la sustentabilidad en el transporte terrestre?
Hoy en día contamos con tecnologías disponibles en el corto plazo tales como sistemas integrados de transporte en las megaciudades; electromovilidad a todo nivel en transporte (buses, autos, bicicletas); biocombustibles (sin mayores resultados en Chile); gas natural (a espera de nuevas oportunidades). En el mediano plazo es destacable mencionar la introducción de redes inteligentes de carga (smart grids) y mayor participación de energías renovables en el transporte. A más largo plazo se vislumbran soluciones basadas en el uso de hidrógeno como fuente de energía y celdas de combustible en reemplazo de los motores convencionales.