Octavio Doerr

¿Cómo evalúa la actual situación del sistema portuario en Chile?
Uno de los grandes hitos en la historia reciente del sistema portuario fue la incorporación del sector privado a la operación de infraestructura existente, con capacidad de mejoramiento en el plano tecnológico, de equipamiento y de infraestructura. Sin embargo, este fenómeno en la construcción de los puertos y el escenario actual, especialmente a partir del notable desarrollo de la industria logística, ha hecho que los desafíos sean cada vez más complejos.

A su vez, la integración de los puertos a la cadena logística exige nuevas visiones respecto a cómo abordar los retos en materia de eficiencia. Estas eficiencias se deben buscar no solo en un eslabón, sino que en toda la cadena. Hay que seguir creciendo con nuevas capacidades, pero sin la dotación de infraestructura que estaba disponible en los años noventa; esa capacidad está hoy colmada. Por lo tanto, se requiere de nuevas inversiones, de un alto monto, que pueden llegar a superar los US$500 millones.

¿Qué problemas puntuales de relevancia observa en el sector?
No estoy muy seguro si los actuales modelos institucionales existentes en Chile para el sector portuario nacional son los más apropiados. Entonces, estimo que se deben abordar nuevos desafíos junto a nuevos modelos, que tengan en cuenta los temas de integración logística o de desarrollo a gran escala, por ejemplo. Lo que se puede ver hoy, aparentemente, es que con las mismas soluciones que modernizaron diez puertos estatales en los noventa, se pretende seguir creciendo hacia el futuro. Cuando se formuló la ley Nº 19.542 de modernización del sector portuario estatal, quedó pendiente la llamada “ley de puertos”, tendiente a abordar la institucionalidad de todos los desarrollos portuario en Chile. Tal vez, hoy sea el momento adecuado para retomar ese proyecto. Si a eso le agregamos las ineficiencias que existen en el proceso logístico, también podría ser recomendable plantear una solución normativa que permita abordar dichas mejoras.

¿Qué papel juega el sector privado en esta problemática?
Esta es una industria en desarrollo, donde sus principales actores son los privados, por lo cual su participación es totalmente clave en la generación de estas mejoras. Pero, para ello, es necesario implementar una regulación clara para la actividad del sector, tanto para puertos estatales como privados. Obviamente se deben considerar aquellos proyectos que merezcan regulación, ya que si un particular quiere construir un puerto para mover sus minerales, ahí no es necesario. Pero sí resultará fundamental definir la titularidad de la localización de dicho lugar, ya que en muchas ocasiones esta puede ser escasa. En el norte hay una serie de bahías con carcacterísticas para ser potenciales puertos, pero están restringidas solo al uso de cargas particulares y sin acceso a público.

¿Qué carencias puntuales puede señalar en materia de infraestructura portuaria?
El sistema portuario de Puerto Montt ha sido incapaz de hacerse cargo de las necesidades específicas que demanda la región, motivo por el cual se han llevado a cabo iniciativas privadas. El punto es que la empresa portuaria tiene en carpeta un nuevo proyecto que aún no se concreta. En el caso de Valparaíso y San Antonio, con la dotación de capacidad que tienen hoy día y en vista de los proyectos que están en curso, ambos no serán capaces de abordar las demandas que se contemplan de aquí al año 2025. Eso requiere, en la práctica, construir un puerto nuevo. Es necesario construir un nuevo complejo en la zona central, pero el punto es saber exactamente dónde.

¿Cómo evalúa la red portuaria chilena en comparación al resto de la Región?
La ventaja comparativa que tiene Chile frente a los demás países es que posee un gran movimiento de carga, la cual está bastante bien distribuida a lo largo de todo el país. Además, en San Antonio y Valparaíso, como ya señalé, hay proyectos en carpeta, los cuales permitirán eventualmente duplicar las operaciones actuales. El caso de Perú, por ejemplo, que se había quedado bastante rezagado en los últimos diez años, ha realizado cuantiosas inversiones en el puerto de Callao, dando un salto cualitativo muy grande. Eso sí, el país vecino concentra demasiado sus operaciones en este terminal portuario.

¿Cuáles son los desafíos más relevantes para el sector en el mediano y largo plazo?
El principal reto pasa por concretar el crecimiento de los proyectos que ya están anunciados, ya que son herramientas fundamentales para consolidar el desarrollo futuro. En el fondo, estamos en la ruta crítica, ya que el país está jugado porque dichas iniciativas den sus frutos y sean capaces de satisfacer la demanda. A esto se suman las apuestas de infraestructura portuaria de gran magnitud, que son más bien planes que ideas concretas. Primero, se requiere de estudios específicos, por lo cual no está asegurada su viabilidad. El problema es que hoy las terminales están funcionando a plena capacidad y cualquier eventualidad que ocurre, produce colapsos inmediatos. El tema es que estamos jugando con los límites.

¿Cómo ve la situación del sector logístico en esta coyuntura que Ud. ha analizado?
El sector logístico se ha desarrollado bajo las reglas que existen, por lo tanto, hace lo que puede. Me parece que, en ese sentido, hay mucho por concretar entre los distintos operadores, los que prestan servicios a la cadena y los diversos actores públicos que intervienen en los diferentes procesos. No veo que exista actualmente esa coordinación sistémica. Me parece que aquí falta una visión más integrada del proceso total.

Pienso que resulta muy importante generar un desarrollo institucional inherente a este sector. Como país deberíamos definir claramente qué queremos lograr en materia logística. Por otra parte, creo que además está faltando mano de obra calificada, ya que muchos operadores han preferido migrar hacia faenas mineras en el norte. Por eso, se debe hacer un esfuerzo en el tema de capacitación dentro de este sector.