Así como en la mayoría de las áreas de trabajo, en los centros de distribución y bodegas los sistemas de iluminación tienen un rol vital. Una buena iluminación, como explica Guillermo Hevia, Arquitecto experto en Centros de Distribución y Director de GH+A, permite un mejor desempeño de las personas y un mayor control y protección de los productos que se manipulan. A su juicio, su positivo impacto en los procesos es un hecho probado, que tiene un retorno asegurado sobre la inversión y que aporta altos niveles de satisfacción laboral cuando está correctamente diseñado.

Los centros de distribución, un lugar donde se llevan a cabo distintos y numerosos procesos, requieren contar con una iluminación dinámica, que se adapte a tareas y horarios diferentes. Según indica Rodrigo González, Gerente General de Mersan, existen centros de distribución que tienen incluso un layout para el período otoño-invierno y otro muy distinto para el de primavera-verano. Como afirma, esta característica, al igual que como ocurre con la estructura, los sistemas de almacenaje, los equipos de movimiento de carga y los software de apoyo, "requiere de un sistema de iluminación flexible, que permita la convergencia de múltiples procesos -y como si fuera poco- satisfaciendo las necesidades de cada uno en particular. De esta manera, una iluminación bien pensada dará al administrador del centro de distribución la posibilidad de movilizar sus recursos de forma más adecuada, y esa flexibilidad se traducirá, en definitiva, en un mejor nivel de servicio".

Pero además, una correcta iluminación estimula una mayor concentración y trabajo, y puede significar un gran ahorro en el consumo de energía si se opta por buenas luminarias, certificadas en su fabricación y de bajo consumo. Así lo explica la Arquitecto especialista en Diseño de iluminación para arquitectura y paisaje, y Miembro del Comité de Sustentabilidad y Energía del Colegio de Arquitectos, Francisca Prat Mendoza, quien señala que la tecnología en luminarias hoy en día permite generar los niveles correctos que demandan estos espacios, con menos puntos eléctricos.

Luz para los procesos

Como cualquier recurso necesario para llevar a cabo un proceso, la iluminación debe ser eficaz y eficiente, de manera de obtener los mejores resultados. Porque, como señala Rodrigo González, a diferencia de lo que ocurre en recintos como un hogar u oficina, en un centro de distribución los sistemas de iluminación se enfrentan a condiciones muy diferentes: alturas, layout y ventilación específicas; y todas ellas deben considerarse al momento de diseñar un sistema de iluminación.

De acuerdo a su experiencia en distintos centros de distribución liderando las áreas logísticas y comerciales, el Gerente General de Mersan explica que, luego de identificar los procesos, es posible definir la cantidad de luz, grado de difusión, dirección y calidad espectral, dependiendo de aspectos como las alturas interiores, elementos estructurales (pilares, vigas, costaneras), geometría del recinto y capacidad de reflectar de los acabados de pisos y muros. Y también es importante considerar -señala- elementos de gran volumen no necesariamente estructurales como racks, mesaninas y sistemas de almacenaje.

Para estimular y permitir el correcto desarrollo de las actividades propias de un centro de distribución y bodega, Francisca Prat Mendoza indica que la iluminación debe garantizar una buena reproducción de los colores que componen el espacio, además de permitir la comprensión en todos los sectores en que se desenvuelven los trabajadores. "Además, para un aprovechamiento y gestión de la energía que alimenta a las luminarias es importante que sean de bajo consumo y de alto flujo luminoso, además de tener una temperatura de color que se asemeje al color de la luz ‘día’, ya que esa característica mejorará la concentración y productividad de los operarios". Indica que los sistemas de iluminación pueden ser mucho más eficientes si están comandados por dispositivos de control que permitan programar encendidos, ya sea por horas de trabajo o por zonas donde a través de sensores de movimiento se encienda la luz.

Además de estas consideraciones, Guillermo Hevia -arquitecto de importantes centros de distribución como Fasa, Chilexpress y Nestlé (Graneros), y otros en proceso de construcción como Carozzi (Nos)- señala que es fundamental buscar la excelencia de distintos factores, entre ellos, diseño de los espacios, optimización del uso de la luz natural y artificial, uso racional de los recursos energéticos y búsqueda permanente de la calidad de vida, que redundarán en mejores rendimientos, eficiencia y resultados.

Agrega que los espacios, la distribución interna y el tipo de productos que se almacenan y distribuyen, determinarán el tipo de iluminación y los equipos adecuados. Para este destacado arquitecto, en un proyecto de iluminación de centros de distribución y bodegas es absolutamente necesario que primen los criterios de excelencia y calidad, y no el costo. De lo contrario -asegura- la consecuencia son malos resultados y mayores inversiones, y recuerda la importancia de tener en cuenta la ecuación: Racionalidad + Tecnología = Economía y Calidad.

Tecnología y eficiencia

Dependiendo de cada recinto, los expertos recomiendan sistemas de luminarias específicas. Por su eficiencia, para espacios de gran altura se aconseja el uso de haluro metálico y los de tipo luorescente para espacios más bajos. Para una mejor calidad y mayor vida útil de los artefactos, las luminarias deben tener, además de buenos componentes, índice de protección contra polvo y humedad, garantía de buena fabricación en su óptica y compuestas por fuentes de energía de bajo consumo, ya sea lámparas de baja presión o con tecnologías leds. Como explica Francisca Prat Mendoza, dentro de las fuentes de baja presión las fluorescentes T5 son muy fáciles de encontrar en el mercado y consumen menos energía que las T8, además de tener un mayor flujo luminoso y mejor rendimiento.

Respecto a los sistemas LED, ambos arquitectos indican que a pesar que están en constante avance tecnológico y han logrado generar luminarias de alto rendimiento con un bajo consumo, aún son más costosas. A juicio de Guillermo Hevia, "aunque es la tecnología del futuro y tiene una infinidad de usos, este tipo de iluminación aún no ofrece un resultado óptimo entre precio y calidad, al menos en cuanto a la oferta existente en Chile".

Según indica Francisca Prat Mendoza, en Chile se están implementando en diversas áreas de trabajo los sistemas de control y gestión de la energía. "Hoy en día existe una preocupación por el consumo de energía, ya sea por el cuidado del medioambiente o por el significado que tiene en el costo de operación; trabajar con sistemas de iluminación que están descontinuados y desvalorizados por el propio paso del tiempo no resulta rentable. Un sistema actual puede ser más costoso en principio, pero a la larga significará ahorro, y estará garantizando el bienestar del capital humano". Como señala, en nuestro país cada vez más se están incorporando y exigiendo estándares internacionales en cuanto a niveles de iluminación y confort visual para diversos espacios de trabajo, y esa es la tendencia que debe marcar los proyectos actuales y futuros.

Asimismo, al momento de definir un sistema de iluminación, los especialistas llaman a erradicar el criterio del menor costo a todo precio. Esta tendencia cortoplacista, a su juicio, debe ser revertida por las empresas líderes y los arquitectos, que son los llamados a orientar y marcar la pauta. Al igual que en los países desarrollados -indica Guillermo Hevia- en Chile las nuevas tecnologías deben orientarse a mejorar los rendimientos y lograr menores costos de operación en el tiempo, y en lo que compete a la arquitectura, "dar vida a diseños arquitectónicos que tiendan a emplear la iluminación natural en los procesos diurnos, y a ser muy cuidadosos en no despilfarrar recursos. Se pueden combinar ambos para lograr calidad sustentable".