Si miramos el transporte expreso nacional, nos encontramos con que las principales industrias que utilizan los servicios son proveedores de la minería, repuestos automotrices y de maquinaria, cosméticos, alimentos no perecibles, viñas, proveedores de la industria pesquera y acuícola, grandes cadenas de farmacias, entre muchos otros. Es decir, una muestra perfecta de nuestra economía interna. Si hacemos el mismo ejercicio para el courier internacional, las conclusiones son similares: la muestra arrojaría empresas del rubro vinícola, repuestos de maquinaria y automotriz, proveedores de retail, electrónica, minería, etc. El Transporte Expreso se ha convertido en un pilar fundamental del desarrollo y funcionamiento de economías desarrolladas como las de la Unión Europea y EE.UU., donde es impensable que las empresas no sean usuarias de estos servicios para sus necesidades de transporte, desde un documento hasta un embarque de varias toneladas. Además, se trata de una industria que sigue creciendo de manera sólida, siendo, por ejemplo, una de las de mayor crecimiento esperado en Europa en los próximos cinco años. En economías en vías de desarrollo, como la nuestra, el uso de estos servicios es cada vez más importante y en los últimos 10 años se han observado altas tasas de crecimiento. La relevancia de estos servicios radica en que facilitan el intercambio de bienes y apalancan así el crecimiento de los negocios, dándoles alcances que antes eran imposibles. Comprar en cualquier parte del mundo y tener los bienes rápidamente, vender a cualquier país, o a todo el territorio nacional, son posibilidades que hace unos años eran impensables para empresas medianas o pequeñas. El Transporte Expreso también permite a las empresas disminuir sus niveles de inventario al mínimo, ya que pueden importar productos terminados o componentes en tiempos acotados y llegar al punto de venta o a la puerta del cliente de la misma forma. Con esta vía de transporte, también se facilita el desarrollo de regiones alejadas, conectándolas de manera rápida y eficiente con los polos de desarrollo o los principales mercados. Esto también es aplicable a países como el nuestro, respecto de mercados como el europeo o el chino. Lo que sorprende en el mercado local es que muchas grandes empresas, que debieran ser las que llevan la vanguardia, aún se resisten a usar las redes instaladas de las empresas de Transporte Expreso. Razones como creer que la competencia aprovechará sus volúmenes para bajar sus costos, malos sistemas de costeo, nula responsabilidad social, aversión al cambio, etc., han terminado siendo la piedra de tope. El Transporte Expreso facilita el comercio, es llevado a cabo por empresas serias, de gran respaldo internacional, que respetan el medioambiente, con programas de responsabilidad social y niveles de servicio altísimos. La pregunta queda abierta. ¿Cómo lo hace su empresa? ¿Flota propia? ¿Un agente? Creo que es hora de revisarlo. |