La protección del hormigón es esencial durante su colocación y curado, especialmente en aquellos lugares donde se esperan temperaturas bajo 5°C. Esto último sugiere trabajar y programar actividades con un seguimiento constante de las condiciones climáticas y pronósticos del tiempo.

Si se esperan bajas temperaturas, una buena práctica es mantener protegido y "tibio" el ambiente constructivo para garantizar que los productos usados desarrollen adecuadamente sus propiedades. Según la ACI, "Prácticas recomendadas para hormigonado en Invierno", se deben hacer esfuerzos para mantener la temperatura del hormigón a 20ºC por tres días ó 10ºC por cinco días, durante el curado inicial. En el caso de construcción en albañilería, los morteros de cemento deberían seguir las mismas prácticas mencionadas para el hormigón. Estos morteros requieren de agua para la hidratación del cemento y también para su trabajabilidad, siendo en este último caso el volumen mayoritario. Por ello, son vulnerables durante la generación de sus propiedades, especialmente resistencia a la compresión y adherencia al material de albañilería, agravadas en Invierno, lo que sugiere cubrir estas construcciones con plástico o lonas durante esta etapa crítica de desarrollo de sus características. Estos cuidados mínimos disminuirán la formación de eflorescencias y la posibilidad de tener muros "permeables" al paso de aguas lluvia a través de ellos durante su período de uso.

El trabajo de excavación de zanjas, taludes y construcción en general, en niveles bajo la cota cero requiere de precauciones extremas, pues el terreno está más blando y menos compacto, debido a exceso de humedad proveniente de las lluvias, lo que puede producir deslizamiento de vértices y zonas en pendiente. Esto mismo sugiere alejar equipos y maquinarias de los bordes de la excavación.

Actualmente, la incorporación de aditivos acelerantes permite que el hormigón desarrolle sus propiedades aún cuando esas condiciones ambientales no estén presentes. La mayor parte de los procesos constructivos, especialmente la etapa de obra gruesa, involucran el uso de hormigón simple o reforzado, el cual, como se mencionó anteriormente, requiere de condiciones mínimas para desarrollar sus propiedades. Actualmente, y ya más de cien años han pasado desde que por primera vez se utilizaron, la incorporación de aditivos acelerantes permite que el hormigón desarrolle sus propiedades aún cuando esas condiciones "ambientales" mínimas no estén presentes. Conocidos son los productos de las líneas CAVE RAPID y CAVE GUNITEC que PRODUCTOS CAVE S.A. ofrece con ese fin. CAVE RAPID y CAVE GUNITEC permiten obtener resistencias iniciales mayores a las que se logran con un hormigón sin aditivo y aceleran el desarrollo de resistencias a temperaturas inferiores a las requeridas para una hidratación normal del cemento. PRODUCTOS CAVE entrega además al mercado su línea de morteros predosificados de altas resistencias iniciales CAVE II Plug , CAVE III Repar y CAVE RAPIDEX, los cuales facilitan las etapas constructivas en las cuales están involucrados.

El trabajo de enlucido con yeso en muros y cielos interiores trae a menudo dificultades, debido a una humedad excesiva y su condensación en superficies frías, lo que afecta el secado y adherencia a la base, especialmente en temperaturas bajo 10°C. El yeso requiere de unas 24 horas para hidratarse, después de lo cual es recomendado proveer de ventilación (natural o forzada) para permitir el secado del mismo. Si la temperatura estará bajo 5°C, se debe proveer de calefacción o, en su defecto, reprogramar esta actividad hasta disponer de las condiciones mínimas para un buen resultado.

En zonas extremas, donde las temperaturas bajas son una constante, una buena práctica para facilitar el trabajo en zonas abiertas es la de construir refugios que protejan el área constructiva, el cual puede también ser provisto de un clima artificial que incluya las condiciones mínimas requeridas para el desarrollo de propiedades de los materiales y diversas condiciones para la ejecución de las actividades que la obra en cuestión requiera para su avance, garantizando el cumplimiento de las especificaciones indicadas para cada proceso o material involucrado.

Estos refugios pueden ser hechos de algo tan simple como láminas de polietileno, siempre y cuando las condiciones climáticas permitan su uso, ya que difícilmente resistirán viento y lluvia y mucho menos nieve o granizo. En general, una estructura liviana de paneles de madera contrachapada permite construir rápida y fácilmente estos refugios temporales, con la ventaja de poder ser re-usados en otra etapa de la obra, de acuerdo a su avance en el tiempo.

Los materiales presentes en hormigones y morteros -como cemento, áridos, agua y aditivos- deben ser protegidos de los cambios climáticos y de ser expuestos a condiciones extremas (bajas y altas temperaturas). En Invierno estos materiales deben ser protegidos de la humedad y bajas temperaturas y, en el caso del agua de amasado, una buena práctica es subir unos grados su temperatura para obtener las resistencias requeridas. De todos los materiales, el agua de amasado es la más fácil de calentar y, a su vez, la que más calorías aporta a la mezcla de hormigón.

Al terminar una obra y por varios años se verán los resultados positivos del esfuerzo y cuidado que se entregue en proporcionar las condiciones constructivas mínimas requeridas en cada proyecto. Mayor información en www.productoscave.com