Los defectos o daños que se producen en una estructura en sus inicios o a lo largo de su vida, afectan inevitablemente su estabilidad y durabi-lidad, siendo necesario un diagnóstico y análisis del estado de su situación actual y futura. Para esto se to-ma en cuenta las resistencias mecánicas que debe tener el elemento, su grado de impermeabilidad, y muchas veces también se encuentran dentro de estos ítems la calidad de la terminación.

Una vez completadas estas labores se procede a realizar los trabajos de terrenos con el fin de llevar a cabo la recomposición de los distintos elementos, donde una de las consideraciones es que se ejecuten por una única vez y de forma definitiva; pero esto no todas las veces sucede, ya que los problemas de fisuración y desprendimientos de los llamados "parches"o rellenos son bastante usuales.

Las temidas fisuraciones

Es bien sabido que dentro del comportamiento característico de toda mezcla cementicia está la de sufrir diferentes tipos de contracción y una de ellas es la de contraerse por secado. Este suceso es el resultado de dos efectos: la pérdida de agua por evaporación hacia el exterior del hormigón y la disminución del volumen originada por la reacción química del agua con el cemento (contracción endógena) por otra.

La fisuración de la mezcla se origina, entonces, cuando las tensiones que se producen al disminuir su volumen sobrepasan la resistencia que posee el hormigón en ese momento, como suele suceder a las pocas horas de confeccionada y colocada la mezcla. Además, se presentan cuando el elemento que se debe rellenar se encuentra restringido en la mayoría de sus lados, como es el caso que se da en la generalidad de las reparaciones.

Esta última situación provocaría una separación con respecto de sus paredes perimetrales por medio de fisuras, lo que es más grave, la aparición de la forma de la reparación en el revestimiento de terminación, al dibujarse éste sobre la superficie. Ello deja en evidencia la problemática de que no se cumplió con la totalidad de la finalidad del trabajo, debiendo volver a realizar las reparaciones.

La solución

CAVE EXPANDER es un producto en base a un agente expansor que es capaz de producir un gas durante la reacción química, que permite compensar la natural pérdida de volumen de las mezclas cementicias, haciendo posible realizar por una única vez los trabajos y en forma correcta. Este producto posee además agentes ca-talizadores capaces de detectar el momento correcto en que debe actuar el producto.

Para lograr un buen resultado se debe adicionar CAVE EXPANDER en un porcentaje de un 2% respecto de la cantidad de cemento de la mezcla cementicia que se encuentra utilizando.

Al mismo tiempo, en una reparación se debe elegir adecuadamente el tamaño del árido con respecto del espesor de los trabajos, es decir, cuanto menor espesor se tenga, más fina debe ser la arena a usar en la restauración de los elementos.

Sólo una acuciosa elección de los materiales, la incorporación de aditivos adecuados, una limpia y completa preparación de la superficie, un mezclado homogéneo, una cuidadosa colocación y un acabado curado permitirán alcanzar con éxito los trabajos emprendidos.

Beneficios

• Permite realizar rellenos completos en espacios limitados por superficies de hormigón u otros materiales, sin perder el contacto con las paredes del espacio.

• Aumenta la adherencia con los elementos existentes que confinan el hormigón o mortero fresco.

• Plastifica la mezcla, aumentando la trabajabilidad.

• Mejora la retentividad de agua, disminuye la exudación.

• Evita la fisura que se forma entre el hormigón en el contacto del relleno de espacios.

Campo de Aplicación

CAVE EXPANDER se emplea en mezclas de hormigón y morteros en que se requiere contacto completo entre la mezcla fresca y el perímetro que lo contiene, como por ejemplo:

• Morteros de nivelación y relleno, en piezas prefabricadas de hormigón.

• Morteros y lechadas , en el relleno de vainas de hormigón postensado.

• Hormigón en nudos y encuentros con estructuras preexistentes como fundaciones, pilares, vigas y losas.

• Lechadas de inyección, en la consolidación de macizos rocosos.

• Lechadas de inyección en pernos de sostenimiento, túneles y taludes.

• Morteros de reparación y relleno, en nidos de piedra.

• Hormigón de reposición de pavimentos, cuando se ha removido parcialmente una losa.

Dosificación

CAVE EXPANDER se dosifica al 2% respecto del peso del cemento. En hormigones y morteros se debe utilizar 850 gr. por saco de cemento.

Observaciones

• Mantener el envase cerrado, en lugar fresco y seco.

• Se recomienda manipular con guan-tes y lentes de protección. En caso de contacto accidental en piel y ojos, lavar inmediatamente con abundante agua y si las molestias persisten, consultar a un especialista.

Unidades de suministro

• Caja de 20 unidades de 850 gr.

• Bolsa de 850 gr.