¿Cómo califica la construcción chilena en relación a los sismos?
Es muy buena en materia estructural. Existen edificios montados sobre amortiguadores sísmicos, tecnología nueva desarrollada por la Universidad Católica e ingenieros japoneses, que permite que se mueva el piso, pero no la construcción.

Las viviendas resistieron muy bien durante el terremoto de 1985 en la zona central y si hubo un par de edificios que colapsaron fue porque estaban construidos sobre superficies inadecuadas, como arena. Después de casi 20 años, se han corregido y mejorado los detalles, ya que, además de esta mencionada tecnología nueva de amortiguadores sísmicos, por ejemplo, surgieron inspectores técnicos privados contratados por empresas, cuya función estaba antes a cargo del Estado. En general, estamos bastante mejor que muchos países de la Región, sin embargo, el tema no pasa por la parte estructural, sino que por reforzar los aspectos no estructurales, materia que se toma a la ligera, existiendo un exceso de confianza en constructoras, inmobiliarias y personas.

¿Los problemas se producen por causas indirectas al sismo?
Exactamente. Es lo que se llama "terremotos cínicos", ya que la fachada de un edificio se mantiene intacta, pero por dentro se producen diversos inconvenientes como colapso de cañerías, escapes de gas, rotura de vidrios, desplazamientos de mobiliarios y paneles, entre otros. Además, indirectamente los sismos ocasionan el colapso de redes telefónicas, fallas completas de los sistemas eléctricos e informáticos, lo cual también causa transtornos de proporciones. Por eso, es clave proteger una construcción internamente, considerando que lo más probable es que los mayores riesgos y daños se produzcan al interior de una oficina, empresa u hogar.

¿Qué ocurre a nivel normativo?
Existen deficiencias importantes, marco dentro del cual entidades gremiales y empresas asociadas al rubro de la construcción deben jugar un papel preponderante en la promoción de una nueva legislación que promueva sistemas de protección y seguridad en oficinas y hogares.

¿Qué productos o sistemas son recomendables para estos casos?
Lo más importante es el corte de gas y para ello ANRO importa una válvula sísmica de gas, de uso obligatorio en EEUU, de acuerdo a la legislación del Estado de California y otros, que se cierra automáticamente frente a un movimiento telúrico, previniendo escapes. También contamos con una placa o lámina que en caso de ruptura de vidrios evita que éstos caigan o esparzan por todos lados. Además, deben emplearse fijaciones metálicas o flexibles para inmovilizar y proteger muebles y sistemas computacionales. Finalmente, contamos con uniones y soportes flexibles para tuberías y cañerías, evitando con ello filtraciones de agua.

Para terminar el tema de la seguridad sísmica no estructural, me gustaría enfatizar que lo que busca es conseguir una continuidad operacional en todo el ámbito de actividades, ya que hoy, a diferencia de lo que ocurría el ’85, la computación se ha hecho parte de toda la actividad humana y al fallar los sistemas quedamos acéfalos, lo cual en ningún caso es una materia menos importante que las ya abordadas.