Como en todos los productos y servicios asociados al sector de la construcción, para el mercado de camiones 1997 fue un año histórico. En ese período, las ventas superaron las 10 mil unidades y si bien hoy las expectativas no son las mismas, se proyecta un 2002 mejor de lo esperado hasta hace unos meses atrás, con un volumen de ventas cercano a las 4 mil unidades.

La oferta de camiones en Chile es amplia y agrupa a los más importantes fabricantes de camiones a nivel mundial. Están presentes los de origen americano, europeo y asiático, poniendo a disposición de las empresas constructoras locales la misma tecnología que se utiliza en las faenas de los países desarrollados.

Además de la diversidad de marcas, Wladimir Muñoz, Gerente División Comercial de Automotores Gildemeister, señala que «actualmente, la tendencia en cuanto al tipo de camión utilizado en las faenas está orientándose hacia los camiones más pesados. Las grandes y medianas empresas, en general, están pidiendo equipos más grandes porque pueden obtener a través de ellos una mayor rentabilidad, ya que los cargan más y disminuyen el personal que los maniobra en la faena».

Al respecto, Patricio Grunwald, Gerente Comercial de Diasa, indica que debido a las restricciones dentro de la temática medioambiental y el uso restringido de camiones en el anillo central de la ciudad, «la tendencia se orienta, mayoritariamente, a los camiones de tamaño intermedio».

A juicio de Ennio Gazzana, Subgerente de Ventas de SKC, es el tipo de construcción el que determina en gran medida el camión a utilizar. «Hace algunos años las obras estaban orientadas a la construcción de edificios y centros comerciales, en las que se utilizaban, por lo general, camiones más bien pequeños. Actualmente, se están llevando a cabo obras de tipo vial como construcción de caminos y puentes, por lo tanto, hay una demanda creciente por camiones de un mayor tamaño».

Jorge Risopatrón, Director Nacional del Colegio de Constructores Civiles de Chile, señala que en países de Europa y Estados Unidos, la tendencia actual también apunta a los camiones grandes, principalmente, por sus aportes en términos de productividad.

Tercerización e incertidumbre

Como señala Rodrigo Troncoso, Jefe de Marketing y Comunicaciones de Scania, muchas empresas desarrollan la ingeniería de las obras, organizan y planifican la faena y tercerizan todo lo relacionado con la maquinaria, mano de obra y transporte. «Funcionan dentro del modelo de licitaciones y es así como licitan cada una de las partes de la construcción», explica.

Es el movimiento de cada empresa el que determina en gran medida la compra o el arriendo del servicio de transporte. En este sentido Claudia Peña, Ejecutiva de Ventas Maquinaria Industrial Camiones de Nissan Cidef, indica que «cuando el flujo de trabajo de la constructora es pequeño, por lo general decide tercerizar y arrendar camiones, porque en términos comerciales es muy conveniente arrendar fletes». Además, dependiendo de la envergadura de la obra se alcanza o no a recuperar la inversión con las utilidades.

Por su parte, Francisco Izquierdo, Jefe de Ventas Departamento de Camiones MACK de Salfa, señala que la tendencia a externalizar versus invertir en la compra de un camión, «se ve muy reforzada por la incertidumbre del sector, en especial de las empresas constructoras, que no saben si después de la obra que están haciendo van a seguir trabajando en otros proyectos. Esto los hace optar por no invertir y arrendar para mantener un riesgo mínimo en su operación».

Nuevo v/s refaccionado

Bajo el prisma de la disminución de costos, las empresas constructoras y los contratistas están analizando junto a la alternativa de comprar un camión nuevo, las características de los vehículos refaccionados. Sin embargo, según indica Jorge Ferrari, Gerente de Flotas de Ford Motor Company, «comprar un camión usado es muy complejo porque puede tener cerca de un millón de kilómetros, y una vida útil muy avanzada. A esto hay que sumar todos los males que trae un vehículo usado respecto a seguridad y repuestos».

Asimismo, Luis García, Product Manager de Kaufmann, señala que los vehículos usados tienen mayores posibilidades de fallar en las faenas, lo que en algunos casos puede, incluso, hacer caducar un contrato de servicio. Miguel González, Ingeniero de Servicios de General Motors Chile, indica que en las obras se exigen camiones con un 95% de disponibilidad «y un camión usado, definitivamente, no garantiza eso».

Es en este contexto donde cobra importancia vital la información que recibe la empresa constructora o el contratista. Alvaro Silva, Subgerente de Maco, señala que es fundamental entregar al cliente datos técnicos respecto de la marca del camión, el servicio postventa de la empresa representante, el costo de operación del vehículo y la rentabilidad asociada a su compra. Aníbal Palma, Product Manager Construcción y Minería de Maco, agrega que es importante detallar a quien toma la decisión de compra -en este caso gerentes de producción o adquisiciones- la capacidad de carga del camión y los costos asociados a su uso y mantención.

Respecto a la competencia que representan para las empresas nacionales los camiones importados, especialmente los que además son refaccionados, Lucas Martinich, Subgerente de Ventas Vehículos Utilitarios de Kaufmann, opina que constituyen una oferta caracterizada principalmente por la variable precio, pero que no considera el servicio de postventa, la mantención y la garantía que sí están en condiciones de asegurar las empresas locales a cargo de la venta de camiones. «El mensaje es que confíen en los verdaderos especialistas».