¿Cómo se ha desarrollado la arquitectura en nuestro país?
La arquitectura chilena está en muy bien pie, representada por profesionales de todas las edades, que incluso son muy reconocidos en el extranjero. Y si bien ése es un hecho muy destacable, ocurre que existe una cierta falta de marco general y proyección a futuro. En un sentido estricto, las obras -que en algunos casos son muy buenas- son más una muestra de talento individual y destreza personal que el reflejo de una tendencia clara. La orientación, el "hacia dónde van", es lo que preocupa porque no está del todo claro.

¿Están avanzando las ideas de construcción sustentable?
Sí, es un tema que está experimentando grandes avances. Yo me introduje en el tema mucho antes que fuera la moda que es hoy. Empezó gustándome simplemente, casi por instinto. Sin embargo, para avanzar en esta línea es importante utilizar la evidencia empírica y no sólo fórmulas matemáticas y, sobre todo, es necesario poner especial atención en que no se preste para demagogia, que es algo que ocurre a toda escala y en todos los países del mundo, no sólo en Chile.

Edificio Concurso Nueva Las Condes, foto oficina Enrique Browne.

¿Qué países han llevado adelante con éxito la arquitectura sustentable?
Los casos más destacables son los de países europeos como Alemania, Suiza y los escandinavos, lo que se explica en gran medida por los altos subsidios a este tipo de proyectos. Por lo tanto, la pregunta es si en Chile estamos dispuestos a pagar el costo de esta subvención para dar pasos significativos en proyectos de sustentabilidad. Es, claramente, una definición importante a nivel país, una política, que hay que llevar al mundo concreto, sacándola del eslogan en el que está puesta.

¿Qué características debería tener la arquitectura sustentable?
La estética en este tipo de proyectos es fundamental, por lo tanto, el desafío es hacer construcciones sustentables con un alto valor estético. No podemos concentrarnos sólo en que el edificio tenga paneles solares, que reutilice el agua y que tenga tal o cual orientación, sino que también sea una bella obra y que perdure en el tiempo.

¿Debe haber un papel más activo de la arquitectura en los proyectos de sustentabilidad?
Sí, es necesario que los arquitectos con gran capacidad de diseño le den mayor importancia a las iniciativas relacionadas con sustentabilidad y que, asimismo, los profesionales expertos en construcciones sustentables dediquen más tiempo al diseño. Un proyecto sustentable no tiene por qué no ser una obra carente de belleza y, por otra parte, una construcción estética puede responder absolutamente a los requisitos exigidos por la sustentabilidad.

¿Así ocurre en los países líderes en esta materia?
En algunos casos sí, pero no es una regla. Ni siquiera en Europa la arquitectura sustentable va siempre de la mano del diseño y ése es un problema que hay que abordar. En esta materia ocurre algo muy parecido con lo que pasa en vivienda social, que en el tema de arquitectura es muy deficiente. Creo que hay que preocuparse que las personas de menores recursos vivan en una casa que, aunque pequeña, sea bonita también. Es necesario tener conciencia de que la arquitectura sustentable se sustente -como su nombre lo dice- también en principios estéticos, que la proyecten en el tiempo como una arquitectura de valor.

Edificio Consorcio, foto de Cristian Barahona.

¿Cuáles son los próximos desafíos de la arquitectura nacional?
Me parece que uno de los principales desafíos del país es compatibilizar el desarrollo con la sustentabilidad. La arquitectura tiene que ser capaz de reflejar eso, lo que es un problema porque muchas veces el desarrollo con la sustentabilidad son dos objetivos contrapuestos, que involucran gran cantidad de recursos.

Otro desafío es cómo compatibilizar el mundo digital, global y virtual, con el mundo real. El dar cuenta de los cambios que ha experimentado el mundo durante los últimos cien años es otro de los desafíos. Hace un siglo cuando nació la arquitectura moderna, su espíritu reflejaba el mundo de la máquina, en cambio hoy estamos en la era del conocimiento y la información -tendencias que van a marcar la primera mitad de este siglo- por lo tanto, es importante aunarlo y darle sentido.

Lograr que la arquitectura refleje el mundo como es hoy ¿es más difícil?
Sí, es un desafío complejo, porque la imagen física de la arquitectura moderna era la arquitectura industrial -los barcos, los aviones y los autos- pero hoy la imagen de lo intangible, que representa lo virtual, es más complicada de simbolizar. Y, junto con eso, también debe responder a la necesidad de las personas de recuperar su espacio de intimidad dentro de una sociedad globalizada, lo que es un reto mayor a la imaginación y a la creatividad, que los arquitectos debemos tratar de resolver de la mejor manera posible.