Duoc UC Sede San Bernardo, Región Metropolitana.

Se define la sustentabilidad ambiental de un edificio como la capacidad de éste de lograr niveles adecuados de calidad ambiental interior, con un uso eficiente de recursos y baja generación de residuos y emisiones. Sobre estos lineamientos se basa la Certificación Edificio Sustentable, recientemente impulsada bajo el convenio cuatripartito de colaboración entre el Ministerio de Obras Públicas, el Instituto de la Construcción, el Colegio de Arquitectos y la Cámara Chilena de la Construcción, y que busca ser promovida en el país como el estándar de la construcción sustentable.

Para esta versión 1 de la certificación se ha acotado su aplicación a edificios de hasta 5.000 m² con destino salud, educación, oficinas habilitadas y de tipo “planta libre”, seguridad y social, cuyo segmento representa un 51% de la edificación de uso reciente en Chile. Entre los principales objetivos de la CES está el incentivar el diseño y la construcción de edificios con criterios de sustentabilidad-al mejorar los estándares de diseño, construcción y operación que influyen en el comportamiento ambiental- y estimular al mercado, de modo que valore este tipo de instrumentos.

La certificación se basa en el cumplimiento de un conjunto de variables (23), desagregadas en 15 requerimientos obligatorios y 33 requerimientos voluntarios que entregan un puntaje, y 1 requerimiento que entrega el Sello “Plus Operación”. Los requerimientos voluntarios poseen una ponderación o importancia relativa en el conjunto.

Escuela Manuel Anabalón, Panguipulli, Región de Los Ríos.

Para la primera versión del sistema de esta certificación, el ámbito general del comportamiento ambiental de un edificio se ha centrado en cinco aspectos temáticos: Calidad del ambiente interior, Energía, Agua, Residuos y Gestión. Asimismo la estructura, los requerimientos y las verificaciones abordan las distintas etapas del desarrollo de un edificio (anteproyecto, proyecto, construcción y operación), buscando complementar indicadores de desempeño con la introducción de buenas prácticas en las distintas etapas del proceso, sin compensar aspectos deficientes del comportamiento ambiental del edificio. Con ella, los profesionales podrán tener una nueva herramienta para la toma de decisiones, tanto de diseño por parte del equipo de proyecto como de inversión por parte de mandantes y administradores.