Marcelo Padilla.

A nivel global, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha desarrollado la iniciativa en.lighten, que tiene como meta la eliminación global de las ampolletas incandescentes tradicionales para este año.

¿Por qué se ha masificado esta iniciativa a nivel global? Por la ineficiencia de las ampolletas incandescentes, ya que cerca del 90% de la energía eléctrica que reciben se convierte en energía térmica, la cual se pierde como calor.

Existen tecnologías que permiten reemplazar el uso de la tecnología tradicional, pero sin medidas como los MEPS la transición se hace más lenta.

De acuerdo a cifras entregadas por en.lighten, la iluminación eléctrica representa un 20% del consumo de electricidad y un 6% de las emisiones CO2 del mundo. Según la Agencia Internacional de Energía, aproximadamente un 3% de la demanda mundial de petróleo puede atribuirse a la iluminación. Si esta cuestión no es abordada de inmediato, el consumo mundial de energía destinado a la iluminación aumentará en un 60% en el año 2030, lo que tendría graves consecuencias para el cambio climático. La eliminación de lámparas incandescentes ineficientes y su sustitución por productos de mayor eficiencia, como LED o lámparas fluorescentes compactas, es uno de los métodos más sencillos y rentables para reducir de manera significativa las emisiones de carbono.

Si en todo el mundo se lograra eliminar la tecnología incandescente ineficiente y se reemplazara por tecnologías de iluminación más eficientes, se alcanzarían cifras de ahorros gigantescas, como por ejemplo, ahorrar electricidad equivalente a la producción de más de 400 centrales térmicas de carbón; reducir el consumo mundial de electricidad en 2,5% aproximadamente; disminuir cada año al menos 230 millones de toneladas de emisiones CO2; retirar el equivalente de más de 50 millones de automóviles de circulación; evitar la construcción de 136 centrales, lo que representa un ahorro de 113 mil millones de dólares en inversiones.

La evaluación de implementar esta medida en nuestro país se realizó gracias a la colaboración de expertos internacionales, por un lado con el apoyo de en.lighten, y también gracias a la colaboración del Lawrence Berkeley National Lab (LBNL) que orientó la evaluación por medio de herramientas desarrolladas por sus investigadores.

El Berkeley Lab es un referente a nivel mundial en el mundo de la ciencia, por lo que su apoyo ha permitido contar con estimaciones robustas de los ahorros de energía que se lograrían en Chile. Al 2020 se podrían lograr ahorros acumulados de electricidad del orden de los 8.635 GWh, evitando una potencia en punta de 872 MW.

Sin embargo, no es suficiente implementar una estrategia de estándares sin otras políticas de acompañamiento. Se hace necesario, y se están realizando, campañas de entrega de ampolletas eficientes para llevar esta tecnología a los sectores más vulnerables, junto con la realización de talleres de eficiencia energética para que las familias beneficiadas puedan contar con más conocimientos. Asimismo, se requiere de un sistema que asegure la calidad de los productos que ingresan al mercado, en donde la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) juega un rol clave. Y debemos ser capaces de hacer una buena disposición de los residuos que se generen, y en este punto el Ministerio de Medio Ambiente ha estado trabajando a través del Proyecto de Ley que implementará la responsabilidad extendida del productor, cuya tramitación se espera finalice en los próximos meses.