Carlos Maillet.

¿Cómo se entiende el patrimonio de una ciudad?
El patrimonio de la “acrópolis” puede ser todo: las murallas, el Partenón e incluso la misma polis. Es la identidad que tiene la ciudad; son las construcciones, las personas, el hábitat, las actitudes que la conforman. De esta manera, el patrimonio es una arquitectura de la memoria.

¿Cómo se proyecta el patrimonio de la comuna los próximos años?
En primer lugar, hay que hacer la salvedad de que Santiago tiene el 45% de su territorio declarado patrimonio, entre zonas típicas, inmuebles de conservación y parques públicos, entre otras áreas. En resumen, la mitad de la comuna está declarada como patrimonial y protegida por la ley 17.288 de Monumentos Nacionales.

También hay que diferenciar que los municipios son unidades gestoras, gobiernos locales que detonan y facilitan acciones en espacios públicos o de propiedad municipal. En ese sentido, como gestión nos proponemos detonar, favorecer e invitar iniciativas que lleguen directamente a los vecinos o que tengan una incidencia directa en la ciudad y sus barrios.

¿Cuáles son los principales proyectos patrimoniales de la actual administración?
Una primera iniciativa que queremos resolver es agilizar el trámite para rehabilitar inmuebles en zonas patrimoniales o típicas, que es un problema burocrático. Por ejemplo, si se quiere hacer un proyecto en un edificio declarado monumento nacional o dentro de una zona típica, hay que desarrollar un proyecto de arquitectura especial, contratar un arquitecto, hacer levantamientos críticos, realizar estudios y luego llevar a cabo la etapa de tramitación en el Consejo de Monumentos, para luego pasar por el MINVU y por la Municipalidad. Ese recorrido puede demorar entre seis meses y dos años. Si un vecino quiere instalar una ventana termopanel, tiene que recurrir al permiso del Consejo de Monumentos y eso es muy complejo para el ciudadano corriente en cuanto a tiempos y recursos. Para mí es urgente dar soluciones eficientes a esa gestión y la propuesta es actualizar los lineamientos de intervención en estas zonas, con motivo de privilegiar la eficiencia del proceso, lo cual incentiva y activa los barrios.

¿Cómo se explica que no se puedan hacer mejoras inmediatas?
El plan regulador de Santiago es bastante conservador, lo que se traduce en ciertos casos en que inversiones inmobiliarias se trasladen a las comunas pericentrales con mayor flexibilidad normativa, como ocurre en comunas vecinas del poniente y sur. De esta manera, Santiago se afecta en sus cascos históricos y si la normativa se flexibiliza sin armonía, ocurre lo que pasa en el sector norte del centro, donde se reemplazan edificios históricos por otros que están subarrendados, algunos ilegalmente, como apart hoteles y bodegas, entre otros giros.

Barrio Franklin.

Barrio París y Londres.

Iglesia Barrio Brasil.

Por ello, estamos trabajando con el Consejo de Monumentos y con la DIBAM para impulsar un mecanismo de fast track para Santiago. El objetivo de este proyecto es actualizar los reglamentos en zonas típicas que pre aprueben mejoras o cambios tipológicos, como por ejemplo, cambio de ventanas o pintura de fachadas, entre otros. Y, en proyectos más complejos, mantener la tramitación usual de actores. De aquí a un par de años más debiera estar pre funcionando, lo que de seguro será un aporte.

¿En qué otros proyectos patrimoniales están enfocados como gobierno local?
Otro proyecto sumamente interesante hace alusión a los polígonos o grandes manzanas. La Municipalidad tiene una cartera de proyectos bastante nutrida, los cuales están ubicados principalmente en polígonos de la comuna que presenten algún grado de fricción y estén sin inversión histórica. Ese mismo programa está presente en Barrio Yungay.

Barrio Santa Isabel.

Barrio Concha y Toro.

¿Y respecto a inversiones en el área patrimonial?
Tenemos en carpeta varios proyectos en esta área. Los principales son la restauración de la Casa Colorada, la Explanada del Cerro Santa Lucía, el Invernadero de la Quinta Normal y la restauración de la Iglesia San Saturnino en el barrio Yungay, afectada por el terremoto de 2010, entre otros.

¿Qué opina de la tendencia de construir edificios de uso mixto?
Más que edificios mixtos prefiero hablar de ciudades mixtas. La ciudad es mixta y a la vez es viva. La idea es que las personas tengan acceso a la multiplicidad de servicios en todos los sectores. En este tema, cabe señalar, en todo caso, que la comuna de Santiago tiene una configuración bastante heterogénea que ofrecer.