Erwin Plett, ingeniero destacado 2017 por el Colegio de Ingenieros de Chile.

¿Cómo toma el galardón entregado por el Colegio de Ingenieros?
Es un gran honor haber recibido este premio que tiene un jurado de altísimo nivel, siendo también un reconocimiento de los pares, de los que hacemos este trabajo día a día. Este premio significa un gran espaldarazo a mi visión: en la que cada uno de nosotros puede aportar algo para hacer de nuestro país un lugar más sustentable para las generaciones venideras. Como joven ingeniero tenía el sueño de investigar, y para ello un doctorado era fundamental. A pesar de no conseguir beca en esos años, junto a mi esposa nos embarcamos en una aventura con una maleta en la mano y solo un par de pasajes de ida a Europa. El riesgo valió la pena, ya que permitió lograr esa meta del doctorado en Alemania y posteriormente incluso realizar un postdoctorado en Estados Unidos por mérito propio. Lo que siguió después, fue una larga y exitosa carrera profesional que empezó como ingeniero de proyectos y culminó en máximos cargos ejecutivos en prestigiosas empresas líderes en sus respectivos campos a nivel mundial. Ahora estoy abocado a usar estas experiencias para ayudar a que tengamos un país más sustentable desde los tres puntos de vista inseparables de la sustentabilidad: económico, ambiental y social.

¿Cómo estamos en eficiencia energética y sustentabilidad en la construcción?
En términos de sustentabilidad, en Chile estamos definitivamente mal, y eso se debe a nuestro cortoplacismo; si pensáramos a mediano plazo, el tema sería distinto. En el caso de las construcciones, cuando la decisión de compra del cliente es solo por precio de compra, el resultado es pésimo, porque entonces se opta por la alternativa más barata, pero no por la más económica (lo barato sale caro…). Esto se soluciona al minimizar los costos totales basados en ciclos de vida de las edificaciones. Para ello hay que considerar también los gastos mensuales posteriores para energía y mantención durante un período de tiempo determinado. A modo de ejemplo, no usar aislación e instalar baratas ventanas simples conllevan a altísimos gastos de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano, y las personas no se sienten confortables allí. Para ahorrar hay que invertir.

¿Ha habido un gran avance de la tecnología en iluminación?
Una medida concreta y rápida de ahorro energético es la moderna iluminación LED. La tecnología de iluminación ha avanzado a pasos agigantados. Hoy la tecnología de punta de luminarias LED de Alfa Lux puede entregar hasta un 73% de luz y solo 27% de calor (las ampolletas incandescentes entregan solo 5% de luz y 95% de calor residual). Sin embargo, es importante destacar que no toda la tecnología LED en el comercio es igualmente eficiente y de calidad. Estamos frente a un desarrollo tecnológico que avanza rápidamente, por lo cual, lo que hace cinco años se vendía como eficiente, hoy ya no lo es y está obsoleto como las ampolletas de ahorro o las compactas fluorescentes. En ese sentido, es necesario capacitar a los consumidores respecto de que para que un sistema de iluminación sea económico debe ser eficiente, no barato. Es decir, debe generar más iluminación con la electricidad, más lúmenes por cada Watt que se paga mensualmente, y se necesita menos mantención y reposición.

¿Cuáles son los actuales requerimientos de la industria de la iluminación?
En cualquier sector industrial, empresa, lugar de trabajo y hogar, el foco de la iluminación debe estar centrado en el ser humano, entendiendo que la iluminación tiene efectos visuales, biológicos y emocionales en las personas. Somos criaturas del sol; tenemos sensores para ubicarnos en el mundo, de los cuales el 70% está en los ojos, impactando también en la productividad y bienestar personal. No solo se trata de ahorro, sino que, más importante, es tener el diseño correcto para que los seres humanos podamos funcionar eficientemente de día y dormir plácidamente de noche.

La iluminación tiene efectos visuales, como la imagen, el contraste, los movimientos, efectos biológicos en el ritmo circadiano, sensación de alerta, fatiga y producción de hormonas, así como efectos emocionales, como la sensación de bienestar y ánimo de las personas. No basta, como antaño, de colgar una ampolleta del cielo en el medio de una habitación, sino que se necesitan conocimientos mínimos de diseño lumínico, de pensar en qué lugar se realizan cuáles actividades y cuándo. Se necesita iluminación totalmente diferente para trabajar concentrado que para relajarse y descansar.

¿Qué desafíos hay en este ámbito?
Dar a entender que el ahorro energético es el mejor negocio económico y ecológico. La necesidad de dar a conocer los principios de una iluminación centrada en las personas y no en los ambientes (porque la iluminación no es para un edificio, sino que para las personas dentro del edificio) y también en modernas tecnologías de luminarias LED, que es el principal desafío que tenemos que tratar de sortear como país. En el mercado nacional hay desconocimiento de los avances de la tecnología. Se importan productos baratos en el mercado chileno que están técnicamente obsoletos y consumen el doble o el triple de la energía que lo que la mejor tecnología LED puede ofrecer hoy. Se necesita educar.

Aula de clases "estándar" antes de la instalación de "Iluminación Centrada en la Persona" (o "HCL", por sus siglas en inglés).

Aula de clases con HCL.

De alguna manera el tema se vincula con la sustentabilidad de los proyectos…
Hay mucho que hacer en eficiencia energética de las edificaciones. En muchos casos hay una tremenda división en cuanto a responsabilidades; unos minimizan la inversión, el costo inicial, y los otros pagan mensualmente los altos gastos. El problema radica en que para invertir hay que convencer al dueño o al directorio, pero para gastos basta que la administración haga un cheque, y no tiene cómo defenderse de las malas inversiones en tecnologías obsoletas. En empresas productivas hay una inercia tremenda en cuanto a innovación, comportamiento de cero riesgo, quedarse en la zona de confort; no importa la sustentabilidad, ya que los costos los paga la administración y no la operación.

Un ascensor anticuado que no regenera energía, es más barato, pero despilfarra energía, tanto al subir como al bajar. Es barato pero no económico en su ciclo de vida. Insisto: tenemos que pensar en los ciclos de vida de las edificaciones, a mediano plazo y pensar de manera sustentable. Por ejemplo, si los comerciantes de luminarias y sus clientes no actualizan sus conocimientos y solo se fijan en la variable precio, dejando de lado los otros aspectos como los costos de energía, mantención, productividad y bienestar de las personas, estamos desaprovechando una excelente oportunidad que se presenta con esta nueva tecnología LED disponible a nivel mundial. ¿Cómo se logra el cambio de los malos hábitos? Educando, capacitando y convenciendo.