Para lograr que el Edificio Centro El Alba pueda aportar a la comunidad, se diseña una gran plaza pública de más de 100 m de longitud que se entrega a la ciudad junto a un parque de 5.000 m2 añoso y diverso, que reconoce las especies existentes en el terreno, conformando un borde verde orgánico paralelo a la calle, donde se han preservado árboles de más de 30m de altura, ya sea en su ubicación original o reubicándolos si quedaron afectados por la construcción.

Se plantea una gran franja verde, con texturas y colores que invitan a la observación y encuentro en las diferentes épocas del año y que filtra y amortigua el impacto del flujo vehicular con la plaza urbana.

El objetivo del emplazamiento de los dos volúmenes de baja altura (norte y oriente), uno longitudinal y el otro transversal al vacío-plaza, fue conformar fachadas simples que reflejaran el parque existente que se desarrolla a lo largo del Camino El Alba y es paralelo a la plaza urbana. Para minimizar el impacto en el barrio del gran volumen construido, se trabajó con superficies semienterradas, iluminadas naturalmente a través de patios hundidos, con vegetación. Además se emplazó el edificio mayor a gran distancia de la calle, generando este espacio público de grandes proporciones. Enfrentando este volumen, y con el uso del techo-jardín, se emplaza un volumen menor con un programa de cafeterías y restaurantes que vitaliza la plaza.

Dado el gran frente urbano en el que se desarrolla el proyecto, y conscientes del hecho de que los edificios de oficina son construcciones inactivas en la noche, se plantea, a través de la iluminación, que el edificio no sea una fachada “muerta” a esas horas. Por los motivos antes señalados, el proyecto es, desde su origen, un trabajo interdisciplinario entre arquitectura, paisajismo, tratamiento de espacio público e iluminación, enfatizando en este último el uso de tecnologías de bajo consumo, adoptando el protocolo y normativa Leed a través del trabajo de luz natural en oficinas y áreas comunes y la iluminación exterior respetando la saturación lumínica de la ciudad.

El tratamiento de fachadas se hace de manera que sea consecuente con las ideas fuerza del proyecto: las fachadas están cortadas horizontalmente con losas voladas y costillas estructurantes acristaladas. Estos elementos controlan la luz solar según orientación y, junto con el uso de cristal semi-espejado, permiten una reflexión significativa de los rayos UV y logran que la obra interactúe con el parque a través de los reflejos en las fachadas. Los paramentos opacos se revisten con placas pétreas de colores neutros.

Si bien es cierto la normativa permite en este sector el emplazamiento de este tipo de programas, fue fundamental la interacción con los vecinos, los que en diversas etapas del proyecto fueron conociendo del desarrollo del mismo y convenciéndose de que esta obra traería un impacto positivo al barrio.

Cabe señalar que Centro El Alba fue distinguido con el Premio “Mejor Proyecto Inmobiliario de Altura Media 2017”, reconocimiento impulsado por tercer año consecutivo por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Colegio de Arquitectos, y la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA). El premio en cuestión reconoce, entre otros aspectos, el espacio público que conforma la plaza cívica y el parque, el que conversa con la arquitectura sustentable.