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Tania Gebauer y Eugenio Ortúzar, socios de Ortúzar - Gebauer Arquitectos:
Arquitectura en el fin del mundo

Ortúzar - Gebauer Arquitectos se funda como oficina y taller de oficios en la isla grande de Chiloé el año 2009, bajo la convicción de crear nuevas experiencias y buscar respuestas al habitar humano y de cómo la obra se relaciona directamente con su entorno cultural y geográfico de forma sustentable.

¿Cómo toman la decisión de establecerse en Chiloé?
E. Ortúzar: Nos enamoramos del lugar, Chiloé tiene una magia que encanta. Descubrimos una arquitectura sin autor, espontánea, prístina, que nace de una forma de habitar, de una cultura, y eso nos instó a conocer, a investigar.

Así nos fuimos quedando y quedando, haciendo lo nuestro, lo que nos gusta.

Chiloé tiene ciertas limitantes y desafíos propios…
E. Ortúzar: Cualquier lugar o territorio con identidad, cultura y clima especificos, tiene códigos y formas propias a las cuales uno debe ir acomodándose y entendiendo. Es lo que hay que tomar en cuenta al momento de decidir cómo se diseña y se construye. Una mala decisión de diseño pone en “jaque” la ejecución del proyecto, por eso con el paso del tiempo hemos decidido hacer una arquitectura simple, eficiente, que priorice la calidad de los espacios, la luz y el confort, construida con materiales lo más sustentables posible, al alcance, fácil de construir, sin sofisticaciones innecesarias.

Hotel Boutique Palafito del Mar.

¿Qué materialidades usan?
T. Gebauer: Trabajamos casi todo en madera, en pino, en sus distintas versiones. Ya no utilizamos madera nativa para construir, la situación del bosque nativo es alarmante. El pino es una madera renovable, dúctil y diversa, a la cual se le pueden aplicar muchos productos para su mayor durabilidad. Eventualmente, cuando algún cliente tiene madera guardada, la utilizamos en algún mesón o elemento ornamental. Otro material que estamos utilizando es el acero, principalmente para edificios de peque- ña escala, de cuatro pisos. Es firme, dúctil, rápido; y en Chiloé hay gente talentosa relacionada con embarcaciones que nos han abierto hacia otra mirada que estamos recientemente explorando y que combinamos con madera y otros materiales.

¿Cómo definen su arquitectura?
T. Gebauer: Vivimos a diario con la arquitectura, es algo que nos gusta, lo pasamos bien, es lo nuestro. Por eso es que realizamos docencia y los encargos llegan sin escogerlos. Nos ha tocado trabajar en palafitos, restauraciones, hoteles y viviendas, entre otros proyectos, pero es algo que muchas veces no se escoge. Hemos tenido la suerte de poder trabajar en temas que nos gustan y, quizás, por eso pareciera que nuestro trabajo está enfocado en algo específico.

“Casa Pollo” está hecha con placas de zinc recicladas y madera recuperada.

Ahora, como ya llevamos un tiempo de trabajo, sí nos estamos enfocando en algunos temas que son de nuestro interés, como la hotelería y la relación de la obra con los viajeros y la ciudad. Lo otro que hemos desarrollado a través de una gestión propia es cómo hacer ciudad desde lo privado. Como arquitectos podemos identificar qué necesita la ciudad y ser capaces de armar equipos con los privados, de manera que seamos partícipes activos de lo que sucede en ella. Esta situación es la que ha provocado que en un mismo barrio, distintas intervenciones hayan logrado la recuperación del mismo, y es por ello que fuimos invitados a la Bienal de Venecia en el año 2014.

¿Cuáles son las principales obras en que han trabajado?
E. Ortúzar: Los palafitos marcaron una época intensa de trabajo; actualmente vivimos y tenemos nuestra oficina en un palafito, al que consideramos nuestro barrio. Están ocurriendo muchas cosas en los palafitos, no del todo buenas. Hoy en día nos inquieta la ciudad, cómo crece, qué está pasando. Vemos con preocupación que nadie piensa las ciudades desde sus administraciones, y si alguien opina con conocimiento, es rebatido rápidamente. Al menos eso ocurre en Castro. Creemos en la acción privada y ante eso estamos trabajando en poder realizar pequeños edificios que conformen manzana y ciudad, que puedan ser un aporte en relación a su escala, espacio público y habitabilidad.

Edificio habitacional en Castro.

¿Cómo han evolucionado los requerimientos de los clientes?
T. Gebauer: Quizás más que los clientes, somos nosotros lo que hemos evolucionado con los años de trabajo, obra tras obra. Trabajamos seriamente en lo que realmente necesitan los clientes; queremos que nos recuerden bien. Las obras quedan. Tratamos de escuchar y ser escuchados.

¿Cuál es su opinión frente al resguardo del patrimonio?
E. Ortúzar: En Chiloé y Castro hay mucha gente resguardando la ciudad, su identidad, su patrimonio. Lamentablemente, y esto no es solo en Chiloé, no existe educación ni cultura cívica que permitan a la ciudadanía comprender los problemas urbanos y patrimoniales. Prácticamente, en ninguna parte de Chile se está pensando el patrimonio y proyectando el futuro de las ciudades. Encuentro lamentable lo que ocurre en Castro, que va en la misma dirección de Puerto Montt, la que hoy es una ciudad industrial, espontánea, en donde su hermosa escala y arquitectura desapareció y el crecimiento le pasó por arriba sin que nadie se lo plantee como tema. En Castro está ocurriendo y va a ocurrir lo mismo.

En Casa Makuc los volúmenes son emplazados en forma de abanico.

Las administraciones de turno no se cuestionan, y no tienen las herramientas para hacer algo. No existe proyección de lo que pasará. Una señal de esto, por lo demás muy contradictoria, es que para una ciudad con una densidad bajísima cada mañana las personas demoren una hora o más en ir a los colegios o a su trabajo. En una ciudad aún pequeña esto ocurre porque no hay planificación.

¿Qué importancia asignan a la técnica y a la mano de obra local en sus obras?
T. Gebauer: En un principio los detalles constructivos los aprendíamos de libros, después de los carpinteros y, desde esa lógica, con nuevas técnicas los repensamos. Es decir, diseñamos desde quien va a ejecutar la obra. Ahora, cada proyecto tiene su mano de obra; su ejecución en relación a su escala, lugar y mandante. Frente a eso, cada proyecto se piensa y se elabora de manera distinta.

Mayo 2018
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