L as propiedades de alto estándar no solo destacan por sus desarrollos intrínsecos, sino por estar en entornos con excelente conectividad, oferta de servicios, áreas verdes, además de un plano de simetría con el desarrollo urbanístico donde se ubican.

Según explica Victor Danús, Gerente General en ProUrbe, “se trata de casas por sobre los 700 u 800 m² construidos y 5.000 m² de terreno.

Cuentan en su mayoría con estándares constructivos e implementaciones tecnológicas sobresalientes y marcadamente de lujo. Por ello, es un común denominador que cuenten con múltiples habitaciones, piscinas internas y externas, jacuzzi, dependencias completas para el servicio doméstico, canchas de tenis, squash y otras características especiales como helipuertos y oficinas”.

En este segmento de alto estándar también destacan los departamentos, los que conservan los atributos de una casa, pero con las ventajas de vivir en un edificio. Existen diversas tipologías, las que se inician en 300 m² construidos hasta los 800 m², ubicados principalmente en las mismas comunas antes mencionadas.

“La demanda por departamentos de lujo viene determinada por el estilo de vida de sus usuarios, considerando que hay personas que por sus hábitos o momento de sus propios ciclos de vida personal o familiar, podrían optar por un departamento antes que por una casa de grandes dimensiones”, relata el ejecutivo de ProUrbe.

Los clientes a los que apunta este segmento son en general empresarios y ejecutivos de altos ingresos, personas que al momento de comprar se asesoran cuidadosamente en invertir y rentabilizar si se desprenden posteriormente de este tipo de activos.

Estas propiedades son diseñadas en forma personalizada por arquitectos de reconocidas oficinas especializadas en este segmento, combinando interioristas, iluminadores, paisajistas, entre otros. Su valor promedio oscila entre las 120 UF/m², y el valor de mercado promedio está en 45.000 UF.

El desarrollo inmobiliario en este segmento ha tenido una curva ascendente de crecimiento, fundamentalmente porque ha aumentado la cantidad de personas con grandes patrimonios. Cabe señalar que Chile es uno de los países de Latinoamérica con el mayor número de personas con alto poder adquisitivo de la región. “Como consecuencia de esto, se trata de un mercado de nicho, con menor movilidad, pero también inelástico a las variaciones de los ciclos económicos”, sentencia Danús.

Según el ejecutivo de ProUrbe, el lujo no solo se refleja en las terminaciones o las prestaciones que ofrezca una vivienda. “Una propiedad de este tipo tendrá también características de excelencia en seguridad, comodidad y, sobre todo, ubicación en barrios con un estatus reconocido. Además, se privilegiará alcanzar un nivel de exclusividad y distinción, tanto en el estilo, arquitectura, espacialidad y prestaciones”.

Otro aspecto a destacar es la domó- tica existente en estas viviendas. Esto quiere decir que pueden ser inteligentes y eficientes a la vez, lo que se logra a través de la implementación de dispositivos que son controlados de manera interna y externa, logrando contar con aspectos de seguridad y confort sobresalientes.

La venta de estas propiedades no se realiza a través de portales regulares de intermediación inmobiliaria, sino a través de corredoras especializadas en el rubro, que poseen en su base de datos a inversionistas y familias, chilenas y extranjeras, con patrimonio para invertir.

“Es importante que las corredoras de propiedades que intermedian, ya sea en este tipo de viviendas u en otras más comunes, tengan los conocimientos necesarios para entregar una excelente calidad de servicio a los clientes”, enfatiza el Gerente General de ProUrbe.