¿Qué importancia tiene hoy el hormigón dentro del sector de la construcción en Chile?
Después del agua, el hormigón es el material más usado por el hombre, y esto se da por el amplio espectro de aplicaciones en las cuales se utiliza, desde fundaciones hasta obras de infraestructura, pavimentos, edificación en altura, entre otras, y en todas ellas ha ido ganando un importante espacio a lo largo de los años.

Hoy día, la mayor parte de los edificios en altura a nivel mundial se están construyendo con hormigón, en base a estructuras que normalmente presentan un núcleo de hormigón muy potente, que le da rigidez a la estructura, sumado a vigas y columnas perimetrales. En el caso de Chile, la inmensa mayoría de las estructuras en altura se construye en base a hormigón armado, en las cuales se ha comprobado a través de los años el excelente comportamiento del material en condiciones sísmicas y meteorológicas extremas.

Ahora, en el caso de los pavimentos, Chile está en un proceso de revalorización de este material. El alto volumen de tráfico y carga que actualmente se transporta en el país y los costos asociados a la reparación continua de los pavimentos, especialmente el que es transferido a los usuarios de las vías, exige procesos constructivos más eficientes, con menores requerimientos y costos de mantención, que, en el caso del hormigón, se reducen prácticamente a cero. De esta forma, a nivel mundial la tendencia es extender la vida de diseño de los pavimentos, desde los 20 años que se consideran actualmente, a 30 ó 40 años; lo que se logra con una inversión adicional marginal, ya que un par de centímetros adicionales de espesor en un pavimento aumentan de manera significativa su vida útil.

¿Cuáles son las principales ventajas del hormigón?
El hormigón es una piedra artificial, y por lo tanto tiene toda la durabilidad que puede tener este material, pero con la posibilidad de darle la forma que uno quiera. Se trata entonces de un material de calidad superior, pero que es capaz de competir en precio con cualquier otro material en cualquier ámbito. Por otro lado, destaca su excelente comportamiento frente a cargas sísmicas, su solidez, inercia térmica y acústica y resistencia al fuego, entre otras.

Junto con esto, está todo el desarrollo de la industria en torno al hormigón, que genera un fuerte dinamismo en la construcción y que potencia actividades alternativas como, por ejemplo, la elaboración de hormigón premezclado, bombas de hormigón para la edificación en altura y equipos para hormigón proyectado; además de toda una industria de aditivos y moldajes, entre otras.

¿Cuál es el nivel de la industria del hormigón en Chile?
Es muy bueno, sin duda, y en este sentido me cuesta imaginar -por ejemplo- una empresa de moldajes importante a nivel mundial que no esté presente en Chile, lo que permite contar con una gran variedad de opciones al momento de construir. Tenemos además un muy buen nivel de desarrollo de hormigón premezclado, que alcanza a más del 40% de todo el cemento que se despacha en el país, y la incorporación de aditivos de última generación, los cuales permiten dar nuevas y mayores propiedades al hormigón para desarrollar aplicaciones más complejas. En este sentido, existe un completo desarrollo de la industria del hormigón, en la cual los procesos y equipos se han industrializado para optimizar el uso del hormigón en obra.

¿Cómo ha sido la incorporación de equipamiento en esta área?
Por las condiciones propias de nuestro país en cuanto al costo relativo de la mano de obra versus el capital, somos menos intensivos en el uso de maquinaria y equipamiento automatizado. De esta forma, sigue siendo, en general, más eficiente en términos de costo el uso de mano de obra. Ahora, en términos de la calidad de esta mano de obra, yo diría que estamos muy por sobre la media latinoamericana, hecho que es importante consolidar a través de los instrumentos de certificación de competencias laborales.

¿Cuáles son los principales desafíos del hormigón en el mercado chileno?
Hay una deuda que tiene que ver con el uso del hormigón en las viviendas, donde creemos que es posible incorporar este material en los sectores medio y medio bajo a partir de nuevas soluciones constructivas, las cuales apunten a mejorar la calidad de vida de los habitantes. De esta forma, desde el ICH estamos apoyando el desarrollo de hormigones que permitan cumplir con la reglamentación térmica de manera más eficiente. Por otro lado, creemos que el pavimento de hormigón en Chile está subutilizado, donde en algún momento fuimos referentes a nivel mundial y donde es necesario dar un nuevo impulso.

¿Cómo se encuentra Chile a nivel de normativa en este sentido?
A pesar del esfuerzo realizado durante los últimos años, Chile tiene un gran problema en el ámbito de la normativa técnica, donde tenemos pocas normas, y las pocas que tenemos están en general obsoletas. Esto, porque se generan a partir de un sistema donde el que quiera hacer modificaciones tiene que financiar el proceso y donde nadie se hace responsable técnicamente de su permanente actualización. Por ello necesitamos un sistema atractivo para que la gente que cuenta con los conocimientos técnicos se vea motivada a trabajar de forma voluntaria. En este sentido, desde el ICH hemos abogado por un sistema como el que opera en Estados Unidos, donde se entrega a organismos técnicos permanentes la responsabilidad de la actualización de las normas, y donde el organismo de normalización actúa como garante de la transparencia del proceso. Así, es posible tener a organismos que se sienten responsables de las normas y le dan sentido de futuro y de pertenencia a las mismas.

¿Hacia dónde está apuntando la tendencia mundial en torno al desarrollo del hormigón?
Existe una fuerte tendencia hacia el desarrollo de hormigones especiales de mayor resistencia, hormigones autocompactantes, hormigones livianos estructurales, hormigones de resistencia inicial muy rápida o de desarrollo lento de resistencia. En esto la incorporación de nuevas generaciones de aditivos ha sido de vital importancia; en varios de estos aspectos, proyectos como Costanera Center y Titanium han sido pioneros.

Por otro lado, frente a la incertidumbre que tiene el panorama económico nacional e internacional, creemos que Chile está en una coyuntura en la que es necesario abrir espacios para mejorar la productividad y analizar cuáles son los puntos débiles de nuestra competitividad, incrementando nuestros niveles de investigación y desarrollo, y centrándonos en herramientas como la capacitación para un desarrollo sustentable del crecimiento-país.