Un recinto con mal comportamiento acústico supone uno de los principales problemas en edificios comerciales, como grandes oficinas o galpones. El cielo de los recintos es quizás la superficie más proclive para ser intervenida para mejorar la absorción de ruidos en este tipo de instalaciones.

Volcán tiene en su portafolio una línea de paneles para ser utilizados como cielos modulares, perteneciente a su línea Sonoglass, que puede contribuir a espacios acústicamente confortables de acuerdo a su uso. El producto está elaborado con lana de vidrio Aislanglass, un material de alto desempeño de absorción acústica, más un velo de color blanco o negro de cobertura como elemento de terminación.

Estos sistemas de cielo -conocidos también como tipo americano- tienen además la característica de ser registrables, es decir, una vez instalados, permiten el acceso para el mantenimiento de los equipos ubicados en el entretecho, como climatizadores o artefactos eléctricos. Se modulan en cuadrículas o rectángulos sobre perfiles a la vista y, a diferencia de un cielo raso, ofrecen una solución liviana e inspeccionable para ocultar las instalaciones propias de una edificación comercial o educacional.

“El cielo modular nos permite con solo mover una palmeta liviana poder revisar y tener acceso a la gran variedad de instalaciones que se ubican sobre este. En cambio, si tuviéramos una placa tendríamos que intervenirla cortando o instalar una tapa de registro cada cierto tramo para poder tener acceso. Por eso, su principal uso está asociado a edificios comerciales: tiendas, pasillos del mall, supermercados, gimnasios o cines”, explica Catalina Ávila, jefa de Soluciones Constructivas de Volcán.

Los cielos modulares que se instalan habitualmente en cines deben ayudar al rendimiento acústico de la sala y también no afectar la oscuridad propia de un recinto, así por lo anterior “Sonoglass Cine” es un panel cuya lana se tiñe de color negro (cuyo color tradicional es amarillo) para potenciar este efecto visual.

“Esto permite mantener la continuidad del fondo negro con una alta absorción acústica, superior al 90 por ciento, característica de la familia Sonoglass. La absorción se mide en un factor que se denomina NCR, en valores que van entre 0, que es el más bajo, y 1, que es el mejor. Sonoglass Cine tiene un 0.9, que es casi el más alto”, precisa Ávila.

En otro tipo de edificios –como oficinas o centros comerciales– el cielo modular de color blanco (Sonoglass Velo Blanco) contribuye con la absorción sonora, en conjunto con lograr espacios mejor iluminados y con una terminación más limpia. La solución se comercializa en dos medidas: 2x4 pies (61x122 centímetros) o 2x2 pies (61 x 61 centímetros), ambas con la terminación final, es decir, no requiere de otros elementos estéticos para instalarse.

Se trata de un producto liviano, lo que aporta a su performance en caso de eventos sísmicos. “Para tener una referencia, si alguien recibiera un cielo modular en la cabeza, sentiría como si le cayera una almohada o incluso menos”, dice la especialista.

Por último, la ejecutiva de Volcán agrega: “El cielo modular es una alternativa eficiente para mejorar la acústica de un edificio ya construido. Es difícil tratar otras superficies, ya que en general no podemos cambiar el piso, que es duro por temas de tránsito. Ni en los muros, porque muchas veces estas superficies están compuestas por ventanas u otros revestimientos que no contribuyen a la absorción sonora. Por ejemplo, en una oficina donde hay muchas personas hablando al mismo tiempo por teléfono, controlar la reverberación con estos paneles, contribuye a hacer un espacio más cómodo y minimizar la interferencia entre colaboradores”.